sábado, 23 de julio de 2011

Driving issue

Cuando hablé con la actual au pair de mi futura familia, a pesar de quedar encantada, también resulté un poco torturada. 

Esto debido al hecho de que a diferencia de lo que yo había imaginado, sí hay speedways de ocho carriles con salidas cada ocho mil trescientas doce millas (que, tal como dijo Indi: si pierdes tu salida, tendrás que manejar ocho mil trescientas doce millas para tomar la siguiente) que hay que usar a diario para llevar a los niños al colegio. Y la verdad, es que mi experiencia al volante es bastante doméstica. Vivo en una ciudad pequeña y las avenidas no tienen más de tres carriles y hay vueltas y retornos en cada cuadra. Si por error escogiste un carril incorrecto, no hay nada que sacar el brazo por la ventanilla y sonreír, no solucione el rumbo errado. Así que no me imagino conduciendo en una vialidad de otro tipo. Lo peor, lo peor, es que me dijo que sí es necesario tramitar la licencia estatal de manejo ¡y eso me aterra! Debo confesar que estacionarme decentemente me lleva unos cuantos intentos antes de dar con la posición justa, de tal modo que el día que presenté mi examen de manejo en mi ciudad, reprobé en el apartado de: ‘estaciónese en tres movimientos y no pierda la sonrisa en el intento’ pero afortunadamente la agente que me hizo el examen se apiadó de mí, de mi severo problema de descoordinación motriz y de mi aterrada mueca facial. Sin embargo, no creo que ocurriese lo mismo con un agente americano, a menos que se sintiera increíblemente atraído por mi extranjerísima cara de desolación.
Por un momento vi mis planes derrumbarse y me imaginé volando de regreso a casa, con las deudas encima y los ánimos abajo, debido a un rematch sin solución, por no poder obtener mi licencia internacional.

La au pair me dijo: “espero que sepas manejar muy bien, porque la familia no tiene tiempo para perder en perfeccionar tu estilo de manejo." Yo sólo espero que no tengan problema con mi forma de estacionarme al décimosexto intento, y con mi inexperiencia manejando a cualquier velocidad que sea superior a la de un burro con patines.

Puedes ser la au pair más experimentada, la más atenta, la más cariñosa y tener el mejor sazón del mundo. Pero si no eres lo suficientemente buena manejando, el paquete de au pair que la familia encargó casi por catálogo, está incompleto.

Me pregunto qué tan exigentes serán los papás anfitriones con el estilo de manejo de su au pair y qué considerarán una 'buena conductora'. ¿Tendrán un margen de error o te botarán al primer bache que le atines?

viernes, 22 de julio de 2011

Mi hostfamily

El lunes me llamó la familia a las 5.11 p.m., a pesar de que yo había indicado en mi aplicación que mi horario de trabajo terminaba a las 6.30. El identificador de llamadas marcó el número como 'oculto' y pensé que podría tratarse de la familia, pero deseché la idea. Contesté y escuché una voz que decía algo como: "kfjasdñkfajdkfa fsfjksdfasjkf Cultural Care sdfakjsdfkajfdafajñ." No tenía idea qué me decía el hombre pero sabía que era mi futuro hostdad. Me preguntó si tenía tiempo de hablar y le comenté que me encontraba trabajando y que no podía tomar la llamada en ese momento. Se disculpó y dijo que llamaría dos horas después.

Temí que no lo hiciera pero lo hizo.
A las 7.11 exactamente, volvió a llamar. Ya estaba yo en mi casa y me pude acomodar plácidamente sobre la cama para tomar la llamada. ¿El resultado? 37 minutos de amena conversación. (¡Tienen futuro vendiendo enciclopedias!).

Desde el inicio sentí ese clic del que todas las au pairs hablan cuando encuentran su perfect match. El señor tiene un gran sentido del humor con el que congenié casi de inmediato, además de que parece ser muy sencillo ya que en más de una ocasión le pedí que me repitiera ciertas preguntas que no entendí y sin ningún problema las volvió a plantear.

Confieso que en más de una ocasión, el señor broméo y yo no entendí pero me reía con él y él pareció feliz con eso; y a pesar de mi inglés a medias, me dijo que era 'great'. y que había sido muy fácil para él comunicarse conmigo. Así que, chicas, confiemos más en nuestras capacidades.

Con la información que me dio, quedé bastante complacida por lo siguiente:
  • La familia vive en un suburbio, lo que significa tranquilidad vial para mi inexperiencia, ya que no me imagino conduciendo en avenidas de ocho carriles o speedways a diario.
  • De los tres niños a mi cargo, dos de ellos van al kinder, así que mi trabajo diario sería con un bebé. (Y aunque cuidar bebés es muy delicado, es relativamente más relajante porque no necesitas entretenerlos).
  • Mi horario de trabajo sería únicamente de lunes a viernes. Toda la tarde libre. 
  • Viven en una ciudad al norte de EUA donde neva en invierno, lo suficientemente intenso como para conocer la nieve, pero no tanto como para no poder salir de tu casa.
  • A pesar del dato catastrófico generado por Wikipedia, el señor me aseguró que cerca hay todo lo que uno necesite: malls, escuelas, templos, parques, Starbucks, y carreteras que te conectan a Washington en sólo media hora.
  • La familia me facilitaría un carro para transportarme a la universidad.
  • Lo mejor de todo es que el señor se escucha verdaderamente ameno. Es amable, bromista y parece muy sencillo. Hizo comentarios que me dejaron saber que le preocupa cómo pueda sentirse su aupair.
Durante la llamada hablamos de mi experiencia, de las personalidades de los niños, de mi novio, de lo que yo creo correcto para corregir la conducta de un niño, de mis hobbies y de la información que de todo esto se desprendió.


Al día siguiente, el señor me escribió y me pidió que le hiciera todas las preguntas que necesitase. Le escribí algunas que ya había visto en el handbook, y las que he recolectado a través de distintos blogs leídos. También le pregunté otras como si los niños rezan (quería saber si iba a encontrarme con Tod y Rod Flanders), si tienen permitido comer dulces, si la familia celebra Navidad y cómo, qué opinan los abuelos de tener au pair (he leído que generalmente los abuelos no congenian mucho con la idea de tener a una mujer joven y extranjera a cargo de sus nietos), qué disfrutan más de su familia y les hice una pregunta para asegurarme de que congeniáramos en ideas: ¿qué opinan de los concursos de belleza para niñas donde éstas deben usar dientes postizos, ropa de princesas y maquillaje a kilos?
Me respondieron de inmediato y quedé más que complacida con las respuestas. Me enviaron fotos de los niños y me sentí enternecida. Les agradecí por el gesto y les dije que había sentido un fuerte clic con ellos y que me parecían charming people.  Dijeron que habían sentido lo mismo.

Al día siguiente me escribió un correo avisándome que su au pair actual me llamaría por la tarde, quien afortundamente es latinoamericana también, así que no habría problemas de comunicación. Ella me confirmó que son una excelente familia y que lamentaba no poder extender con ellos.  Me dijo que se trata de una familia verdaderamente acogedora, armónica y preocupada por el feliz funcionamiento de todos sus miembros (incluida la au pair o polizón en cuestión). Me comentó que los niños son obedientes y cariñosos, pero que no me preocupara si en presencia de los papás se dedicaban a ignorarme. ¡No importa! ¡Puedo vivir con eso! Yo quedé encantada y más que convencida.

Así que, el miércoles a las diez de la mañana me hablaron de Cultural Care para decirme que la familia me había escogido como su quinta au pair. A partir de ese día, nos hemos mandado correos cortitos y me he sentido verdaderamente complacida.

Un match es como una caja de chocolates...

..Nunca sabes qué te va a tocar.
Frase robada a Forrest Gump pero muy ilustrativa para el caso.



Después de no hacer un video y de estar segura de que nunca tendría un match porque oh, yononacíparaaupair, ningunahostfamilynacióparamí, tansólofuiunapobresoñadoranomás, el sábado  pasado me tocó abrir mi caja de chocolates al descubrir mi match. La familia me mostró sólo la información básica en mi cuenta de CC, tal como ubicación, número y edades de los niños, ocupación de los padres, principales actividades, y horario de trabajo. El primer contacto no me pareció demasiado convincente porque lo primero que hice fue correr a Google para consultar datos sobre el condado y resultó que tiene una población de cuatro habitantes por kilómetro cuadrado, es decir, un total de 168 habitantes censados en 2010. Si bien no busco vivir en una metrópoli, la idea de vivir como Heidi no me place del todo. Además, se trataba del cuidado de tres niños y en matemáticas infantiles, esa cifra es demasiado.

Sin embargo, cuando la familia me llamó, I changed my mind.

martes, 19 de julio de 2011

Primer match

Tengo un talento innato para imaginar escenarios desoladores, vaticinarme infortunios o considerar como muy probables las consecuencias más terribles de toda decisión.

Generalmente, cuando tomo una decisión o inicio algún proyecto siempre considero entre las posibilidades, la peor de éstas. ¿Qué pasa si en mi luna de miel, mientras espero mi avión, una persona me pide sostenerle un bolígrafo mientras se amarra una agujeta  y resulta ser olfateado por perros antidrogas porque en realidad es un contenedor de cocaína? Seguro ningún agente aduanal me creería. Nadie creería en mi argumento: "¡Yo sólo le sostenía la pluma!" ni se compadecerían de mi recientemente modificado estado civil. Y entonces, una película funesta se proyecta en mi cabeza: yo, interpretada por mí misma, yendo a la cárcel por intentar traficar droga mientras mi nuevo esposo se despide de mí y se enamora de la azafata que amablemente le ofrece café, mientras vuelan hacia Roma.

Bueno. Pues así con lo de au pair. Desde que me inscribí, he pensado qué pasaría si mi familia se va a la quiebra durante mi año de ensueño, qué pasaría si uno de mis aún imaginarios hostkids se cae y se abre la frente (uno puede cuidarlos todo el tiempo, pero no puede evitar que tropiecen con sus propios pies), o si durante un paseo vespertino un tipo armado me arrebata la carriola con su tierno pasajero aún dentro y se da a la fuga. O bien... ¿qué pasa si jamás ninguna familia me elige?

El proceso es medianamente falible. No sé números y no creo que CC los proporcione, pero sé que hay más chicas buscando familia que familias buscando chicas. Entonces es no es improbable que muchas aspirantes pasen su año en blanco y terminen por retirarse del programa, desechando sus metas de mejorar su inglés, conocer la estatua de la libertad y gozar de una cultura vial de lujo. 

Bueno. Ése era mi pesar de hace unos días: estaba segura de que una semana de estilirilidad de matchs  cuando todas reciben el primero a la media hora de tener su cuenta, significaba que nunca jamás nadie se interesaría en mis servicios.

Sin embargo, el sábado pasado eso cambió.

¡Nunca antes la bandeja de correo no deseado me había hecho tan feliz!

martes, 12 de julio de 2011

Cartita.

Escribir una carta quince años después de no hacer una, para dirigírsela a una familia prototípica que no existe, en un idioma que no es el tuyo, sin saber exactamente qué decir o qué tan franco se debe ser, no es precisamente sencillo. Al menos, no si no quieres sonar hueca o falsa.

Sin embargo, yo sabía que la hostfamilyletter era de especial importancia para la aplicación, ya que le da la oportunidad a cada aspirante de ofrecer información de una manera mucho más efectiva que la de contestar preguntas, así que me esmeré en la mía.

Aunque la recomendación es clara sobre no repetir información que esté contenida en la aplicación, yo hice caso omiso de ello, ya que, según me dijeron en las oficinas del D.F., las familias hacen contacto en primera instancia con la carta y después siguen con la aplicación. So... Dado que la aplicación tiene un formato ultratedioso para leer, me encargué de hacer una breve pero más dinámica reseña sobre mi experiencia al cuidado de niños, mis habilidades, personalidad e intereses.

Así que me eché porras.

  • Relaté cada una de las cuatro experiencias que tuve al cuidado con niños, diciendo qué hacía, qué aprendí y qué disfrute de cada una. 
  • Expliqué que mi main purpose para ser au pair era lograr crecimiento personal, y no viajar y divertirme. Y en realidad lo es. Pero bueno, si se presentara la oportunidad de viajar o relajarme, ¿a quién le dan pan que llore?
  • Como las autodescripciones no valen de mucho (¿habrá alguna au pair que no asegure ser responsible and very kind?) ofrecí información sobre mi vida que sería un poco más clara sobre por qué creo tener aptitudes para la aupaireada. Dije, por ejemplo, que mis papás se divorciaron cuando yo estaba en universidad y al irse mi mamá, tuve que hacerme responsable de mi casa. Por ende, sé cocinar, lavar, hacer el aseo, y conozco bien el funcionamiento de una casa. Dicho eso, les aseguré que conociendo el costo de los servicios domésticos, jamás tendrían que pedirme que apague la luz cuando salga de mi habitación o que no deje aparatos encendidos mientras no estoy presente. Muchas mamás se quejan de eso.
  • Dije estar consciente que ser au pair es un empleo, a  pesar de que  la au pair sea considerada 'parte de la familia'. Por tanto, mencioné que me gustaría fungir como un apoyo para los hostparents, y no como una teenager a la que hay que motivar para que cumpla su trabajo.
  • Respecto al boyfriend issue, no quería mentir pero sabía que generalmente una au pair con novio representa un problema para la familia y muchas evitan escoger chicas con novio; así que lo convertí en un aspecto positivo: les garanticé que no tenía ningún interés en conocer chicos una vez que pisara tierra americana.He leído en este mismo blog que muchas mamás se quejan de chicas que invierten sus ratos libres en buscarse un esposo americano y terminan descuidando su labor primordial. El chiste era dejar claro: "no, no será mi caso. Yo tengo una relación desde hace cinco años y no me interesa flirtear con los nativos de su país, querida future hostfamily."
  • Comenté que el trabajo con niños no es una tarea fácil ni genera exclusiva diversión, sino que es una labor compleja pero que con la vocación adecuada, llega a ser una experiencia verdaderamente graticante. (Y lo es. Aunque cuando veo episodios de Niñera S.O.S. en Discovery H&H, pienso si los niños gringos no serán la excepción). Volví a mencionar mi profesión nomás para adornar un poco la carta -y no para ofrecer mis servicios-.
  • Hablé sobre mis gustos y aficiones. Al menos los que so aptos para ser ejecutados en público. Me describí como una persona sencilla que necesita de poco para sentirse feliz y agradecida.
Entonces le di un formato más amable y un estilo más humildón, para no parecer presuntuosa; y le di upload. Al rato me habló Paolina para decirme que mi carta era muy buena, aunque temí y sospeché que es la misma aseveración de tipo motivacional que le hacen a toda aspirante para que continúe su proceso.

Como sea, la carta ya quedó y no volveré a escribir otra sino hasta que me vea en la necesidad de redactar mi testamento.



    martes, 5 de julio de 2011

    De la aplicación

    La aplicación es una experiencia similar a presentar la declaración anual de impuestos.
    Bueno, no tan terrible pero sí algo aburrido. 

    Las partes más interesantes de la aplicación, en las que se puede hacer una diferencia, son la carta para la familia y las fotografías. De ahí en más, las preguntas abiertas tienden a  producir respuestas  muy predecibles, y las preguntas cerradas tienen un comodísimo scroll para seleccionar la respuesta más parecida a la realidad, sin que la candidata se fría el cerebro buscando una respuesta asertiva. Mis respuestas, y creo que las de la mayoría, facilitan la posibilidad de ser buen candidato para muchos tipos distintos de familia: no tengo alergias, sí me gustan las mascotas, sí me siento segura manejando un coche con niños a bordo (y cómo no si los rombitos amarillos de 'baby on board' que se pegan con ventosas al parabrisas te aseguran un viaje feliz), sí viviría con una madre o padre soltero,  sí viviría con una familia judía, no sigo una alimentación especial y sí viviría con padres gays o madres lesbianas. La única respuesta que fungió en contra de mi racha de positivismo fue: "no, no tengo experiencia conduciendo en la nieve." ¡Pues ni siquiera conozco la nieve!


    Entonces, se deben subir veinte fotos y escribir una carta llena de melcochería tipo I want to become ANAP! (and I deserve it!) para la familia. Las recomendaciones para las fotos son muy claras: hartos niños y poca piel; mientras que para la carta, la recomendación general es mostrar y explicar tus razones para ser au pair, al tiempo que debes dejar claro que bajo tu consideración y de las de los demás, lo harías de una forma excelentísima.

    En mi caso, sí cuidé que mis fotos se viesen lo más decentes posibles. Recorté las mesas llenas de envases de cerveza para que sólo se viera la fraternidad medianamente sincera entre mis amigos y yo, y prescindí de la desnudez de mis piernas y dejé hasta la cintura aquéllas fotos donde yo aparezco en shorts. Mostré a mi familia, a mis mascotas y mi vida en general. Lo único malo es que no tenía suficientes fotos con niños.  Si bien tengo muchas con mis sobrinos -que cuidé por casi un año- en realidad pocas eran mostrables al mundo (ningún asesor de imagen te recomendará que salgas en pijama y tennis cargando a tus sobrinos despeinados), así que tuve que seleccionar unas pocas pero decentonas. Lo suficientemente espontáneas (nadie te creerá si los niños salen pulcrísimos en todas las fotos, sentados y sonrientes) pero sin perder el encanto (sí, está bien que te muestres tan como eres: pero un niño en calzones y modorro no es precisamente una buena imagen).

    Sobre la carta, mis impresiones sobre su utilidad y alcances, y mi inútil opinión sobre cómo dirigirla de forma que se vea medianamente equilibrada... mañana. O después.
    ...Que vida hay mucha, lectores pocos, y mucho tiempo para perder en el match process.

    lunes, 4 de julio de 2011

    Papelería

    Una vez que has aprobado tu entrevista, Cultural Care te pide ciertos documentos para asegurarse que no eres una prófuga de la justicia, que pasate por el bachillerato -aunque no se aseguran de que hayas aprendido- y que no padeces lepra. Para ello te solicita copia del pasaporte, la licencia de conducir, certificado de prepa, referencias personales y de cuidado de niños, y certificado médico.
    Yo tardé más de un mes en reunir toda la papelería (y de paso me perdí mi bolsa de playa) principalmente, porque no tenía pasaporte y en la oficina de enlace de mi ciudad las citas se asignan en promedio  con una tardanza de tres semanas. Además, tuve que buscar quién me hiciera favor de llenarme el certificado médico, ya que mi médico de toda la vida, aquél que podría constatar que nunca he padecido anorexia, epilepsia o diabetes, es mi tío; y CC no te permite un certificado médico expedido por un familiar. Así que tuve que solicitar la ayuda de un doctor, primo de una amiga, que confiara en mis respuestas para cumplir con ese requisito.

    Por otra parte, reunir las referencias del childcare también lleva su tiempo. Es necesario dedicarle suficiente tiempo a cada una para establecer bien las fechas y el tiempo, ya que en mi caso, el tiempo de cuidado fue, en algunos, de manera irregular o los responsables ya no recordaban en qué año o meses estuve yo a cargo, y es de suma importancia que coincida la información que ofreces en papel con la que las referencias darán vía telefónica. Con diferencias, no se envía la documentación a Boston. Por esa razón dejé bien ensayadito lo que los contactos tenían que decir cuando les llamaran, pero con la perenne instrucción de que no fuesen a sonar como grabaciones ¡Ah, la paranoia!

    La carta de no antecedentes penales se obtiene en un mismo día, pero es un día laboral perdido. Al menos yo perdí toda una mañana haciendo fila para pagar la carta y recibirla.

    Certificado de prepa no lo tenía, así que tuve que ir a la universidad para que me facilitaran una fotocopia. Y creo que ya.

    Para pagar fue un lío porque a diferencia del pago de inscripción, no se permite el depósito en efectivo. Así que las opciones se reducen a tres: cheque, tarjeta de crédito o transferencia bancaria por internet. Yo, pobre mortal, no tengo chequera, tarjeta de crédito (salvo que la de C&A cuente), ni cuenta con servicios de banca electrónica. Cuando pedí un cheque de caja en Bancómer me dijeron que ese servicio ya no existía. Hablé a CC y me dijeron que buscara la forma de conseguir una cuenta Bancómer y que les llamara cuando tuviera novedades. Así de solidarios.

    Afortundamente, mi tía tiene cuenta de cheques que utiliza en su trabajo, así que después de rogar sin éxito ocho días consecutivos a mi hermano para que me permitiese hacerle un cargo a su tarjeta de crédito, pude pagar la siguiente cuota del programa. Y además, aprendí algo nuevo: puedes pagar con una chequera que sea de otro banco. Jamás dejan de sorprenderme los inconclusos límites de mi ignorancia. No se dejan rebasar: ¡son unos ganadores!

    En resumen,1170 pesos por el pasaporte, 50 por el certificado médico, 120  por la carta de no antecedentes penales, se convritieron en 1340 pesos, más la siguiente cuota de 2114. La licencia no cuenta porque ya la tenía. Un total de 3454 pesos para dar el siguiente paso. Y yo tan pobre.   

    domingo, 3 de julio de 2011

    Dos tópicos.

    Este es un pequeño paréntesis en la narración del proceso -de mi proceso- para ser au pair.

    Soy ultrafán del féisbuc. 
    Cultural Care tiene cuenta en féisbuc. 
    Deducción aristotélica: Soy ultrafán del feis de Cultural Care.
    Así que todos los días invierto valiosos minutos de mi jornada laboral, por los que Slim me paga, para checar actualizaciones de otras aupairs o aupairs-inprocess en el muro de CC, que generalmente son dudas cíclicas y comentarios igualmente cíclicos, pero que ayudan a informar y recordar a todas las que deambulamos por el universo Au Pair.

    Hace poco encontré un comentario que decía algo como: "¿Por qué Cultural Care se hace rico con el trabajo de las au pairs que explota?". La publicación fue eliminada, así que disculpen la falta de citación textual. Para no hacerles el cuento largo, la publicación recibió una cadena de comentarios de tipo: "Nos tienes envidia." "Quédate en México con tus pesitos." "Ahórrate tus comentarios." "Eres una malvibrosa." "Vete de mojada" y otros del estilo.

    De lo anterior yo rescaté dos puntos:
    1.- ¿No se supone que uno de los requisitos para ser au pair es la madurez? ¿No se supone que toda niña que se inscribe al programa es autorreflexiva y llega a una conclusión similar a: "¡Oh, sí! ¡Soy lo suficientemente madura para sortear las adversidades del mundo!" antes de saberse capacitada para vivir un año de trabajo en el extranjero? Bueno, pues la madurez, queridas aspirantes, incluye la apertura a otras opiniones sin introyectarlas como una agresión. Si yo fuese una hostmom no creería madura a una persona que ofende a otra con comentarios pueriles, en lugar de exponer sus puntos de vista (como hizo una de ellas al enlistar las ventajas que tiene ser au pair a través de una agencia, contra las que tendría ser nanny). No se trata de darle la razón a la otra persona: se trata de aprender a escuchar, de discutir y exponer puntos de vista sin pensar automáticamente que la otra persona nos envidia. Pienso que la madurez es mucho más que 'creer que puedes tomar buenas decisiones', como inscribirte a un programa que te requerirá de tu sensatez en más de una ocasión.
    2.- El segundo punto es: ¿Por qué las personas no entienden que Cultural Care de EF es una empresa rentable? ¿Cuál es el problema de que 'tu sueño' sea 'su negocio'? ¿Saben de alguna empresa que sobreviva en el mercado con sólo cumplir los sueños de los demás? No, ninguna. Para eso hay asociaciones civiles no lucrativas.
     Niñas, seamos honestas: CC nos presta el mejor servicio, nuestras representantes (o al menos la mía) son verdaderamente amables, nos ayudan a cumplir metas personales a través de un programa que, para mi gusto, está perfectamente diseñado y facilita muchísimo la labor, y nos acompaña durante todo nuestro año en el extranjero; pero es su trabajo. Es su negocio.


    Ellos reciben una cuota tanto de la familia como de la au air, y según entiendo, reciben un porcentaje del total que la familia paga por la au pair durante el año; así que sí, es cierto, Cultural Care gana mucho más que la au pair. Y sí, en términos coloquiales, podríamos decir que 'se hace rico con el trabajo de la mexicana-alemana-bolivariana-kosoviana-tailandesa-cualquiernacionalidad en cuestión'. 

    ¿Pero cuál es el problema?
    Tú aceptas pagar doce mil pesos por el programa y un poco más en papelería necesaria, a cambio de 197 dólares cada semana durante 52 de éstas, dos boletos de avión, comida y techo en territorio americano. La indignación dirigida hacia agencias como CC no es nueva. Ya varias veces he leído, oído y recibido críticas sobre la decisión de enriquecer a una agencia con el trabajo de una persona que podría ganar mucho más si se empleara por sí misma.

    Pero entiéndanselo: por nuestro propio pie, el camino es ocho mil quinientas treinta y seis veces al cuadrado más difícil. ¡Y a ninguna au pair le interesa vivir de nanny! Si eso quisiéramos, no necesitaríamos viajar a otro país para hacerlo.

    Sé que el post está de más. Pero como no podía hacer un comentario así de largo en el féisbuc pues vine a verterme aquí.